|Vasco|

Una palabra mágica

Abracadabra es una palabra usada en el encantamiento, brujería y magia, considerada por algunos como la frase que más se pronuncia universalmente en otros lenguajes, sin necesidad de ser traducida.

Existen dos hipótesis estrechamente relacionadas acerca de su origen:

"Yo creo como hablo" Una posible fuente es Arameo: אברא כדברא avrah kahdabra que significa lo más arriba.

Otra posible fuente es del hebreo: Aberah KeDabar: iré creando conforme hable. O Ad Ben Ruaj Acadosh  que significa el padre, el hijo y el espíritu santo















Uniendo estas letras los gnósticos (mezcla de cristianos y místicos) creían poder curar enfermedades a través de un amuleto. Éste tenía las letras ABRACADABRA escritas en un pergamino en forma de triángulo o de letra griega delta.

Después, el pergamino se doblaba y se colgaba con una cuerda de lino al enfermo.

  • La letra A representa la unidad del primer principio, el agente intelectual y el activo.
  • La A unida con la B representa la fecundación del binario por la unidad.
  • La R es el signo del ternario que representa la fusión que resulta de la unión de los 2 principios.
  • El número 11, el total de las letras de abracadabra, agrega la unidad del iniciado al denario de Pitágoras.
  • El número 66, el total de letras del triángulo.
  • El número 12, que cabalísticamente es el cuadrado del ternario y la cuadratura mística del círculo.

    Se piensa que Abracadabra proviene de Abraxas. Según muchos, la palabra Abraxas proviene del egipcio abrak sax que significa “Palabra Sagrada”.
    En la demonología tardomedieval, Abraxas se convierte en un monstruo de vientre prominente con la cabeza coronada, cabeza de dragón y serpientes en vez de piernas.
    Este extraño ser híbrido parece ser el símbolo mismo de la Gnosis. Generalmente se le representa como un personaje de cabeza de gallo, vestido con armadura de la que salen, en lugar de las piernas, dos serpientes curvadas hacia arriba, cada una con su cabeza. Con frecuencia, lleva en la mano un escudo en el que aparecen las letras IAO o AIO (la última letra puede ser también una omega griega). El nombre de Abraxas es simbólico, pues las siete letras corresponden a los siete planetas que se conocían en la antigüedad y, además, la suma de esas letras da 365 (los días del año).




    Fuentes: Wikipedia, tecnoculto.com y etimologías.dechile.net
    Imagen original: mészáros zs.
    Diseño: | Vasco |

    2 comentarios:

    1. La Celestina:
      Conjúrote, triste Plutón, señor de la profundidad infernal, emperador de la corte dañada, capitán soberbio de los condenados ángeles, señor de los sulfúreos fuegos que los hirvientes volcanes manan, gobernador de los tormentos y atormentadores de las almas pecadoras, administrador de todas las cosas negras de los infiernos, con todas sus lagunas y sombras infernales y litigioso caos. Yo, Celestina, tu más conocida cliente, te conjuro por la virtud y fuerza de estas bermejas letras, por la sangre de aquella nocturna ave con que están escritas, por la gravedad de estos nombres y signos que en este papel se contienen, por el áspero veneno de las víboras de que este aceite fue hecho, con el cual unto este hilado, a que vengas sin tardanza a obedecer mi voluntad y en ello te envuelvas y con ello estés sin irte ni un momento, hasta que Melibea lo compre y con ello de tal manera quede enredada, que cuanto más lo mirare, tanto más su corazón se ablande a conceder mi petición, y se lo abras y lastimes del crudo y fuerte amor de Calisto; tanto que, despedida toda honestidad, se descubra a mí y me premie mis pasos y mensajes; y esto hecho, pide y demanda de mí a tu voluntad. Si no lo haces con rapidez me tendrás por capital enemiga; heriré con luz tus cárceles tristes y oscuras; acusaré cruelmente tus continuas mentiras; apremiaré con mis ásperas palabras tu horrible nombre. Y otra y otra vez te conjuro; y así confiando en mi mucho poder, parto para allá con mi hilado, donde creo te llevo ya envuelto.

      Siempre me gustó este conjuro de la Celestina, para lograr el amor entre Calisto y Melibea, cuando leí lo de abracadabra, lo recordé.

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