
Las "hieródulas", o "jóvenes santas";, eran sacerdotisas del mundo grecorromano antiguo, que llegadas las fechas sagradas mantenían relaciones sexuales con los hombres adeptos a esta celebración que acudieran a ellas, en lo que los antiguos llamaban "hieros gamos", estos festivales tendían a ser decorados con ramos de flores, para simbolizar la fertilidad.
Con el paso del tiempo, e imitando a la tradición de las hieródulas, las prostitutas en la Edad Media marcaban sus aposentos con ramos de flores, para distinguir su establecimiento del resto. De ahí el nombre "ramera". También es interesante indicar que esta tradición sería después adoptada por las tabernas y hostales.
Como última curiosidad sobre esta profesión "non sancta", cabe señalar que el tradicional foquito rojo actual se debe a la costumbre de los ingenieros y ferrocarrileros de colgar el foco rojo que llevaban en la mano para ser vistos en la obscuridad en la puerta de los burdeles mientras esperaban la próxima salida del tren.
La tradición parece ser tardorromana, y no necesariamente era colgar un ramo de flores, sino una simple rama vegetal como reclamo.
En Isidoro de Sevilla (S. VI-VII) encontramos la siguiente afirmación:
Ramus ad ianuam appensus corpus vendibile significat = una rama colgada a la puerta, significa cuerpo a la venta
Por esa razón, las comadres empezaron a llamarlas rameras, una palabra que les sonaba más púdica que "prostituta". Este vocablo aparece registrado por primera vez en español a finales del siglo XV, como, por ejemplo, en La Celestina (1499), de Fernando de Rojas:
"Esta mujer es marcada ramera, según tú me dijiste,
cuanto con ella te pasó has de creer que no carece de engaño.
Sus ofrecimientos fueron falsos y no sé yo a qué fin."
Fuentes: elcastellano.org y etimologías.dechile.net
Imagen: N/S
Diseño: | Vasco |
No hay comentarios:
Publicar un comentario