|Vasco|

Dame fuego...




Tabaco viene del árabe clásico. Parece raro, pues el tabaco es una planta originaria de América, y los Mayas fueron los primeros en fumarla.
 Sin embargo la palabra tabaco viene del árabe tubbaq que era como designaban ciertas plantas medicinales que marean al usarlas.

La palabra "pucho" parece venir del Mapudungun (idioma mapuche) y significa "sobrante". Según la RAE la palabra es “puchu” y proviene del quechua. No parece haber duda de que pucho proceda del quechua puchu. De esta manera, se pueden tener, en quechua:
  • Puchu = Resto, residuo, margen, sobrante, remate, saldo
  • Ñuñupuchu = el último hijo (ñuñu significa seno, en tanto surtidor de leche)
  • Puchukay = concluir, terminar, reducirse.
El pucho es propiamente la colilla del cigarrillo, y por extensión, el cigarrillo completo (con una cierta connotación despectiva o minorativa).

En Galicia se le llama "pucho" a un gorro tipo visera, y en Grecia, significa pene.

En Argentina tiene varias acepciones y usos:
Se refiere a cigarrillos en cualquier estado (es decir fumados o no) y se usa habitualmente en la pregunta callejera "¿me convidás un pucho?" sumamente habitual. Sin embargo, en la provincia de Santa Fe (más precisamente en Rosario) la misma pregunta escandaliza a los transeúntes ya que pucho hace referencia a marihuana y no a tabaco. Del mismo modo ocurre en otras zonas con la palabra faso pero a la inversa.


Fuente: etimologías.dechile.net
Imagen: N/S
Diseño: | Vasco |


Una palabra con luz propia

Alejandro Magno, hijo de Filipo y rey de Macedonia, fundó una ciudad en el norte de África en el año 332 antes de nuestra era y, sin mucha modestia, la llamó Alejandría. Su pretensión era convertirla en el puerto más grande del mundo y, con tal fin, mandó levantar un puente de mil quinientos metros de longitud para unir la ciudad con la isla de Pharos.

Ptolomeo II instruyó a Sostrato de Cnido para que construyera en dicha isla lo que después sería la Séptima Maravilla del Mundo: el Faro de Alejandría, una torre de mármol con una altura estimada entre 115 y 150 metros, desde lo alto de la cual una gigantesca hoguera, cuya luz se amplificaba mediante un sistema de espejos, guiaba a los navegantes.  
El Faro de Alejandría fue el primer faro de la historia.

Junto con la Gran Pirámide de Guiza, el faro sobrevivió al resto de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Sin embargo, fue severamente dañado por los terremotos de 1303 y 1323 hasta el punto de que el viajero árabe Ibn Battuta escribió que le había sido imposible entrar en las ruinas.

Los restos desaparecieron en 1480 cuando el sultán de Egipto Qaitbey empleó los bloques pétreos de las ruinas para construir un fuerte.

Faro se incorporó a la lengua española hacia 1600, aunque con el significado de ‘estrecho de mar’. Sin embargo, este vocablo ya había estado presente desde 1200 en los topónimos españoles Haro y Alfaro. Palabras como faro y su derivado farol aparecen en el siglo XIV en el Libro de los Estados (1330), de don Juan Manuel (1282-1349).

Pharos dio origen a la palabra «faro» en la mayor parte de lenguas romances: castellano (faro), catalán (far), francés (phare), gallego (faro), italiano (faro), portugués (farol) y rumano (far).



Fuentes: Wikipedia y elcastellano.org
Imagen original: phoenix_18@Deviantart
Diseño: | Vasco |



Una palabra mágica

Abracadabra es una palabra usada en el encantamiento, brujería y magia, considerada por algunos como la frase que más se pronuncia universalmente en otros lenguajes, sin necesidad de ser traducida.

Existen dos hipótesis estrechamente relacionadas acerca de su origen:

"Yo creo como hablo" Una posible fuente es Arameo: אברא כדברא avrah kahdabra que significa lo más arriba.

Otra posible fuente es del hebreo: Aberah KeDabar: iré creando conforme hable. O Ad Ben Ruaj Acadosh  que significa el padre, el hijo y el espíritu santo















Uniendo estas letras los gnósticos (mezcla de cristianos y místicos) creían poder curar enfermedades a través de un amuleto. Éste tenía las letras ABRACADABRA escritas en un pergamino en forma de triángulo o de letra griega delta.

Después, el pergamino se doblaba y se colgaba con una cuerda de lino al enfermo.

  • La letra A representa la unidad del primer principio, el agente intelectual y el activo.
  • La A unida con la B representa la fecundación del binario por la unidad.
  • La R es el signo del ternario que representa la fusión que resulta de la unión de los 2 principios.
  • El número 11, el total de las letras de abracadabra, agrega la unidad del iniciado al denario de Pitágoras.
  • El número 66, el total de letras del triángulo.
  • El número 12, que cabalísticamente es el cuadrado del ternario y la cuadratura mística del círculo.

    Se piensa que Abracadabra proviene de Abraxas. Según muchos, la palabra Abraxas proviene del egipcio abrak sax que significa “Palabra Sagrada”.
    En la demonología tardomedieval, Abraxas se convierte en un monstruo de vientre prominente con la cabeza coronada, cabeza de dragón y serpientes en vez de piernas.
    Este extraño ser híbrido parece ser el símbolo mismo de la Gnosis. Generalmente se le representa como un personaje de cabeza de gallo, vestido con armadura de la que salen, en lugar de las piernas, dos serpientes curvadas hacia arriba, cada una con su cabeza. Con frecuencia, lleva en la mano un escudo en el que aparecen las letras IAO o AIO (la última letra puede ser también una omega griega). El nombre de Abraxas es simbólico, pues las siete letras corresponden a los siete planetas que se conocían en la antigüedad y, además, la suma de esas letras da 365 (los días del año).




    Fuentes: Wikipedia, tecnoculto.com y etimologías.dechile.net
    Imagen original: mészáros zs.
    Diseño: | Vasco |

    Rompé PP




    La palabra iconoclasta proviene del bajo latín de esa época; era un cultismo formado por las palabras griegas eikon ‘ícono o icono’ y el verbo klaein ‘romper’, ‘destruir’. Del griego antiguo εἰκονοκλάστης, " destructor de imágenes"; de εἰκών, imagen, y κλάω, romper.

    Los primeros iconoclastas fueron los miembros de la Iglesia de Oriente en los siglos VIII y IX de nuestra era, quienes se opusieron vehementemente al uso y a la veneración de imágenes religiosas. En algunos casos, los cristianos ortodoxos llegaron a destruir los iconos de sus rivales católicos.

    Sin embargo, los iconoclastas acabaron derrotados en la Iglesia de Oriente, cuando el Concilio de Nicea consagró el uso de imágenes, que las autoridades religiosas de esa época consideraron útiles para la instrucción de las grandes masas analfabetas. Por la misma época, las religiones hebrea e islámica se hicieron cada vez más intolerantes en su postura contraria al uso de imágenes, que mantienen hasta hoy.

    Nuevos iconoclastas surgieron en el siglo XVI en Inglaterra, cuando las imágenes de los católicos encontraron un nuevo enemigo en los protestantes, que condenaron el uso de aquellos íconos que consideraban ídolos y criticaron su veneración como una costumbre papista.

    El carácter icónico de la liturgia católica ejerció enorme influencia sobre las artes plásticas en la Europa medieval, en un tiempo en que la vida de la sociedad giraba en torno de los usos y creencias dictados por Roma.

    Fuentes: Wikipedia y elcastellano.org
    Imagen original: ValentinaKallias@Deviantart
    Diseño: | Vasco |


    Vencedores vencidos

    En la Canción de Rolando (Chanson de Roland), un poema épico que representa una de las primeras expresiones de la literatura de la lengua francesa, se empleaba la palabra rompre con el sentido de ‘romper’, ‘dividir’ un ejército o una fuerza enemiga. Este antiguo verbo francés dio lugar al sustantivo rote, que hacia el siglo XII denotaba una ‘cuadrilla’ o un ‘grupo de hombres, generalmente armados’. Del sustantivo rote se derivó otro verbo, desroter, que significaba ‘desbandar’, ‘dispersar’, a partir del cual, algunos siglos después, se formaría el sustantivo déroute ‘desbandada’. Al cruzar los Pirineos y llegar a la Península Ibérica a fines del siglo XVI, déroute se cruzó con la palabra castellana ‘rota’, la misma que usamos hoy como participio del verbo ‘romper’, pero que en aquella época se usaba también con el sentido de ‘revés militar’, y del encuentro de ‘rota’ con déroute, se formó el vocablo derrota.

    Es preciso mencionar que una palabra homónima, de origen diferente, ya existía en castellano con el sentido de ‘rumbo’, pero hoy es anticuada y sobrevive apenas en palabras como derrotero.


    Fuente: elcastellano.org
    Imagen original: JanaDillo@Deviantart
    Diseño: | Vasco |




    Kakawa



    Antes del Descubrimiento de América, el cacao --una planta que produce una almendra amarga y aromática-- era cultivado por los aztecas. Lo llamaban kakawa en su lengua náhuatl, forma radical de kakawatl (grano de la planta), que pasó al español como cacao.

    En las lenguas modernas, la palabra fue tomada del español y pasó sin cambios al italiano, al francés y al inglés en el siglo XVI; al portugués llegó como cacau y al alemán, como Kakao.

    Los aztecas maceraban las almendras y las mezclaban con ají rojo, harina de maíz y ceiba (en náhuatl, pochotl) para obtener un refresco, el pochokakawatl, nombre que los conquistadores adaptaron como chocolate.

    Hernán Cortés quedó fascinado con este producto, al que los conquistadores añadían miel, vainilla y canela. Lo llevó a España para presentárselo al emperador Carlos I (Carlos V de Alemania), y el hábito de beber chocolate se extendió por Europa, lo cual generó una fuerte demanda de cacao. Esto motivó, entre los siglos XVI y XVII, que se establecieran plantaciones en Brasil, en varias islas antillanas y hasta en las Filipinas.


    Fuente: elcastellano.org
    Imagen original: N/S
    Diseño: | Vasco |




    La chica del ramo

    Ahora ponen una luz roja, pero durante la Edad Media los prostíbulos se anunciaban colocando un ramo de coloridas flores en la entrada del local.

    Las "hieródulas", o "jóvenes santas";, eran sacerdotisas del mundo grecorromano antiguo, que llegadas las fechas sagradas mantenían relaciones sexuales con los hombres adeptos a esta celebración que acudieran a ellas, en lo que los antiguos llamaban "hieros gamos", estos festivales tendían a ser decorados con ramos de flores, para simbolizar la fertilidad.

    Con el paso del tiempo, e imitando a la tradición de las hieródulas, las prostitutas en la Edad Media marcaban sus aposentos con ramos de flores, para distinguir su establecimiento del resto. De ahí el nombre "ramera". También es interesante indicar que esta tradición sería después adoptada por las tabernas y hostales.

    Como última curiosidad sobre esta profesión "non sancta", cabe señalar que el tradicional foquito rojo actual se debe a la costumbre de los ingenieros y ferrocarrileros de colgar el foco rojo que llevaban en la mano para ser vistos en la obscuridad en la puerta de los burdeles mientras esperaban la próxima salida del tren.

    La tradición parece ser tardorromana, y no necesariamente era colgar un ramo de flores, sino una simple rama vegetal como reclamo.

    En Isidoro de Sevilla (S. VI-VII) encontramos la siguiente afirmación:
    Ramus ad ianuam appensus corpus vendibile significat = una rama colgada a la puerta, significa cuerpo a la venta

    Por esa razón, las comadres empezaron a llamarlas rameras, una palabra que les sonaba más púdica que "prostituta". Este vocablo aparece registrado por primera vez en español a finales del siglo XV, como, por ejemplo, en La Celestina (1499), de Fernando de Rojas:

    "Esta mujer es marcada ramera, según tú me dijiste, 
    cuanto con ella te pasó has de creer que no carece de engaño. 
    Sus ofrecimientos fueron falsos y no sé yo a qué fin."

    Fuentes: elcastellano.org y etimologías.dechile.net
    Imagen: N/S
    Diseño: | Vasco |




    Candidato

    Candidato procede del latín candidatus ‘el que viste de blanco’, derivado del verbo candere ‘ser blanco’, ‘brillar intensamente’, voz con la que se designaba en Roma a quienes se presentaban como aspirantes a cargos públicos. En el ritual político romano, los candidatos debían cambiar su habitual toga por una túnica blanca (candida) con la que se exhibían públicamente para manifestar la pureza y la honradez esperables en los hombres públicos.

    Candere procede de la raíz indoeuropea kand- o kend- ‘brillar’, de la cual se han derivado palabras tales como candelabro, candente, candela, cándido, incandescente, incendio, etcétera.

    Ningún derivado de candidus llegó hasta nosotros con significado directamente alusivo al color blanco, pero la blancura deslumbrante que la palabra latina candor expresaba en la lengua de los césares se mantuvo en el español candor, con el mismo sentido de “sinceridad, sencillez y pureza de ánimo” de la palabra en latín. El Diccionario de la Real Academia Española menciona “suma blancura” como acepción de candor, pero en la práctica se usa muy poco con esa denotación.

    Las velas, candelas o cirios se llamaban candela en latín, en alusión al brillo que provenía del calor; de ahí la palabra candente, que en latín significaba ‘blanco o brillante como consecuencia del calor’, y la castellana incandescente.

    Fuente: elcastellano.org
    Imagen: N/S
    Diseño: | Vasco |


    Un lugar llamado...



    La palabra "clítoris" viene del griego κλειτορίς, "kleitorís".

    El clítoris es uno (el otro es el punto G) de los centros de placer sexual de la mujer. El glande (cabeza) del clítoris es pequeño (del tamaño de una arveja) y se puede apreciar en la parte de arriba de la vulva.

    Kleitoris significa "pequeña montaña", pues los antiguos griegos sólo podían ver el glande. Pero resulta que el clítoris es mucho más largo. El resto del clítoris puede medir más de 12 cm, pero no se puede apreciar pues está adentro del cuerpo.

    "Kleitoris" tiene la raíz klinein que se refiere a inclinación (subida). De allí también las palabras como clímax, clínica, inclinar, declinar, etc...

    La palabra cama, por ejemplo, deriva de kliné que a su vez deriva de klinein. Por eso la clínica es "un lugar lleno de camas" (con enfermos)

    Clímax se refiere al punto más alto de una inclinación. También se refiere al punto más placentero o culminante de la copulación, o sea el orgasmo. De ahí también la metáfora de "pequeña montaña"


    Otros datos

    A pesar de la milenaria antigüedad del término, no es casual que el primer registro en castellano date del siglo XVIII, en el diccionario de Esteban de Terreros. Durante los diez siglos que duró la Edad Media y, probablemente, durante algunos más en la llamada época moderna, la cultura árabejudeocristiana ocultó la existencia de esta parte de la anatomía femenina por su vinculación con el placer sexual, considerado un pecado, puesto que el sexo debía servir sólo para la procreación.

    Sin embargo, la literatura medieval y la abundante documentación histórica disponible sobre el tema nos enseñan que la naturaleza ha sido indomable en todas las épocas y que la sabiduría de los doctores de la Iglesia nunca llegó a acallar los suspiros de placer, que podían oírse en las noches del Medioevo como en todos los tiempos.

    En su novela El anatomista, el escritor argentino Federico Andahazi cuenta la historia de Mateo Colón, un anatomista del Renacimiento que no por azar lleva el mismo apellido del Descubridor. El personaje se enamoró perdidamente de una prostituta veneciana y, buscando una pócima que le permitiera conquistar su amor, acabó por descubrir la existencia del clítoris.

    Fuentes: elcastellano.org y etimologías.dechile.net
    Fotografía: ChaosBang@Deviantart
    Diseño: | Vasco |